La montaña rusa

Me encuentro como si estuviese montado en el cochecito de una atracción de la montaña rusa, de arriba abajo, pero anímicamente hablando. Es un ejemplo facilón pero al final los clichés son la mejor opción para definir las cosas. Una gráfica llena de curvas que demuestran mi inestabilidad a la hora de sentirme bien, útil, feliz, …

Son en estos momentos en los que mi cabeza me pide nuevos proyectos para levantar vuelo. Escribir, dibujar, animar… sin embargo los motivos que provocan los descensos son precisamente los que me impiden poder dedicarles más tiempo más allá que los de pensar que sería bonito o también la frustración de pensar que no llegaré al nivel de calidad deseado, ese mal que es la autoexigencia. La ilusión de creer que todo saldrá bien se desvanece cuando piensas que lo que de verdad deberías hacer es centrarte en solucionar los problemas que tienes. Por mucho que mires la cuenta del banco los números rojos no desaparecen solos.

La creación ha sido siempre la constante lucha de lo que quieres hacer y lo que tienes. «Si tuviese una cámara más cara grabaría mejores cosas» cuando en realidad es la falta de ideas o el miedo lo que te impide hacer las cosas. En este campo es importante tener un punto de inconsciencia y aspirar hacer algo mejor por encima de tus posibilidades pero sin olvidarte de tus limitaciones.

Y en las últimas, como me encuentro, mis ganas de emprender proyectos «faraónicos» aumenta, ganas de ponerme a escribir de nuevo de una vez por todas, ganas de ponerme a dibujar y animar un nuevo cortometraje después de tanto tiempo o incluso un largo… pero también todo lo contrario visto lo vivido en los últimos años, ganas de reinventarme dejando de lado todo lo creativo y morirme de desidia debajo de un puente en Holanda.

Sensaciones que ya he vivido y volveré a vivir, recuerda sigo montado en ese cochecito que me lleva por un carril que va de arriba abajo. Mi fuerza hará que estos sean más espaciados en el tiempo, ascenso y descenso, o la falta de ella, cómo han sido los últimos meses, hará que sea cuestión de semanas, días o horas. Siempre hablando anímicamente.

Por ahora no la tengo y mi cabeza sigue una batalla perdida entre iniciar proyectos creativos y encontrar el modo de sobrevivir de forma autónoma. Y no todo tiene que ver con el dinero, hay otras cosas más importantes en la vida, aunque a veces se nos olvide.

detalle-retrato

Proyección en el MoFa 2013

Hace unas semanas recibí una llamada en la que me invitaban a proyectar un par de cortometrajes en la VI mostra de cinema del moianès.
El primero era Suburbio mental (2011) y el segundo era a mi propia elección. Finalmente me incliné por La mañana maldita (2008) al saber que era un evento para todas las edades.

Cartel de la VI mostra de cinema del moianès

Ambos cortometrajes juntos a otros de corte fantástico se podrán ver de forma gratuita este sábado 5 de octubre a partir de las 20:00 horas, en el auditorio sant Josep de Moià. Y como indican en el cartel, a continuación se invitarán a los presentes a tomar un pica pica gratuito con concierto de Bluestime en el Ateneu La Pólvora.

Siempre es una alegría saber que tus trabajos despiertan interés y más cuando te invitan a mostrárselos a más gente. Comentar que Suburbio mental es mi último cortometraje realizado, el primero que hice íntegramente en imagen real. Por el contrario, La mañana maldita mezcla imagen real con dibujos animados que realicé junto a David Muñoz en tres días para el Diba Fest en el 2008.

Durante el rodaje de Suburbio mental (fotografía de McKeyhan)

Fotografía tomada por McKeyhan durante la grabación de Suburbio mental en la plaza de la Virreina allá por el caluroso mes de agosto del 2011.

El placer de editar

El trabajo del editor es un poco como el de los técnicos de sonido, cuando se realiza bien nadie se acuerda de ellos, pero cuidado con que algo se oiga mal, todos se acordarán de sus madres.

Parece ser que pocas cosas realmente me hacen sentir «feliz», o así me lo hacen saber. Uno de los motivos que me hace feliz es cuando veo que el fruto de mi esfuerzo ha merecido la pena. La última alegría, en esta pésima época personal y general, tiene mucho que ver con Underbrain Books. La editorial que creé hace cosa de año y medio.

Siempre me he volcado en ayudar a los demás, editar en cierto sentido se parece mucho a eso.

Desde que me lancé a editar mi cabeza empezó a girar en un nuevo sentido, veía la posibilidad de ayudar a muchos autores y artistas con potencial que con un pequeño empujón podían conseguir grandes cosas. Mucho antes de que los primeros libros de la editorial viesen la luz, vi por Internet unos dibujos de casualidad, su estilo me encantó, así que escribí a su autor, Fran Fernández, para interesarme por su trabajo. En menos de un mes ya estábamos hablando del proyecto y exactamente un año, seis meses y un día después del primer contacto, el proyecto, que es un cómic, Desastre, me llegan las copias impresas al estudio.

El placer de editar se resume en abrir la caja, coger uno de los ejemplares y ojear sus páginas por primera vez.

Cada título de la editorial es para mí un proyecto especial, pero con Desastreen concreto, le tengo un poco más de aprecio. Porque, y espero que no suene descabellado,  si no hubiese entrado en contacto con el autor ese 26 de marzo del 2012 por Facebook, hoy este fantástico cómic tal vez no hubiese existido nunca."Desastre" de Fran Fernández

 

Produciendo los «Plush» de Rallitox

Rallitox es un artista urbano que busca transgredir, no solo en cuestiones artísticas y morales sino neuronales. Poner al espectador fuera de sus cabales para que sus acciones empiecen a descarrilar el transcurso normal de las cosas. Desestabilizar la zona de confort de la sociedad y así conseguir verdaderos cambios.

Tuve el inconmensurable placer de conocerlo hace tres años cuando le entrevisté para Underbrain Mgz. Lo traigo a colación porque en breve, el cuatro de octubre, edito su cómic Las fabulosas aventuras de Rallito-x (y el pulpo Max) en Underbrain Books y para tal ocasión le propuse lanzar una exclusiva edición limitada de Plush (muñecos blandos, tipo peluche) de sus Spirits. Ya, a los pocos meses de conocerle, le propuse lanzar un toyz pero su producción era más que costosa pero ahora, desde una nueva perspectiva, está siendo una realidad.

Spirits esperando a que le acojan. Un Spirit de Rallitox embolsado.

Encargándome de toda de toda la producción, será un total de 25 unidades firmadas y numeradas por Rallitox. Los plush están realizados de forma artesanal, los materiales: fieltro blanco en el que serigrafié el diseño del Spirit en tinta negra, algodón, aguja y hilo negro. El resultado es cuanto menos maravilloso, un muñeco blando de una altura de 25 cm aprox.

Con la colocación de la etiqueta firmada enviada desde Berlín, actual residencia de Rallitox, y el embolsado logramos la presentación final del plush. Si estas pensando en adquirir uno de estos lo encontrarás de forma exclusiva en esta tienda online seleccionando en el desplegable «toyz».

 

Imágenes y vídeo colgado originalmente en el instagram de Underbrain.

Año IX – Renovación Blog

Empezando el nuevo curso 2013-2014 decido renovar el aspecto del blog y reiniciar su contenido, una vez más. Año IX de este pequeño espacio que nació en Blogger y que tras múltiples cambios se instauró ya en el 2008 con el que se ha sido su «cara» hasta ayer.

Ha llovido mucho desde entonces. Quería que el blog fuese un reflejo de mis trabajos e inquietudes, comentar aquello que más me gustaba… pero para ello nacieron proyectos como es Underbrain Mgz donde escribo muy de vez en cuando sobre libros, cómics o películas, entre otros… por lo que dejé de escribir aquí. El batiburrillo de contenido me desconcentraba y tenía ganas de centrarlo en un único «tema», de ahí la tan drástica decisión de «empezar» de cero.

Con este nuevo renacer espero utilizarlo más como mi diario creativo (o no) sobre ideas, trabajos, … ¿Me acompañas?